La iglesia confirma que exploradores chinos encontraron el Arca de Noé
Consternado es como se encuentra el mundo entero tras las declaraciones hechas recientemente por la Iglesia católica, quien luego de las investigaciones hechas por un grupo de especialistas de origen oriental, ha confirmado la existencia de la famosa Arca de Noé.
Como si se tratara de una historia de película, el Papa Francisco ha hecho oficial que el arca encontrada recientemente durante la excavación realizada por un grupo de expertos Chinos, (quienes decidieron ir en busca de lo narrado sobre el mito que envuelve a la montaña del Monte Ararat), se trata nada más y nada menos que de la famosa Arca de Noé.
De acuerdo con los resultados arrojados de diversas pruebas practicadas a la estructura de madera encontrada, fue posible determinar que esta posee más de 4800 años de antigüedad, hecho que confirma la teoría de los expertos y las afirmaciones hechas por la Santa Sede.
“Conocí la ubicación secreta del arca en marzo del 2008, por lo que forme un equipo de búsqueda y me dirige hasta a aquel lugar. Aunque nos llevamos varios años, finalmente la encontramos y descubrimos fragmentos de madera incrustados en un glaciar y otros tantos cubiertos por hielo y piedras volcánicas. La estructura tiene muchos compartimentos y esto es indicativo de que son los espacios en donde se ubicaron a los animales” aseguró Ahmet Ertugrul, líder del grupo.
Jorge Mario Bergoglio asegura que este descubrimiento es la prueba irrefutable de Jesús volverá para rescatar al remanente justo y fiel que goza de vivir en la gracia de dios.
Y tú ¿Qué opinas al respecto?
catedral de la city Riberalta
domingo, 27 de septiembre de 2015
encuentran el arca de noe
jueves, 24 de septiembre de 2015
Documento presentado que declara su compotencia por la haya a los periodistas
salidaalmarparabolivia.blogspot.in/2015/09/descarga-el-fallo-de-la-haya.html?m=1
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miércoles, 23 de septiembre de 2015
Luis gamarra en la banda de univision
Luis Gamarra, cruceño (20 años), comenzó a cumplir sus sueños, luego de que debutara el domingo en el nuevo reality de la cadena Univisión denominada “La Banda”, que buscará y formará a lo largo del certamen un grupo de chicos y chicas con gran talento en el arte musical.
El cantante boliviano, luego de que recibiera el 86 por ciento de apoyo de parte del público asistente, pasó ante el jurado integrado por Ricky Martin, Laura Pausini y Alejandro Sanz, e interpretó el tema “Que lloro” del exdúo Sin Bandera.
“La música corre por tus venas, el sentimiento estaba ahí, estabas afinado”, sostuvo Ricky Martin, quien rescató en Gamarra el apoyo de su fundación Sonidos Bolivianos a jóvenes bolivianos para que estudien en la universidad musical de Berklee. “Para mí, algo que me toca mucho son las ganas que tienes de ayudar a otros músicos”.
“Buena audición Luis. Fuiste muy afinado y tu sonrisa es esplendida y significa que eres una persona también que dona algo, sonreír es algo muy importante en la vida”, comentó en su evaluación Laura Pausini. “Cuando la música habla yo prefiero callarme”, se limitó a decir el español Alejandro Sanz.
“Me siento muy feliz porque hoy se demostró todo el trabajo que he estado realizando este tiempo”, aseguró el talento boliviano después de escuchar el ‘Sí’ de los jurados en el certamen.
“SONIDOS BOLIVIANOS” La fundación de Luis “Sonidos Bolivianos” es una corporación legal en los Estados Unidos, creada por Luis Gamarra y financiada en gran parte por la universidad Berklee College of Music, que se encuentra en Boston (Estados Unidos) la cual brindará becas y oportunidades para que jóvenes bolivianos vayan a las mejores escuelas artísticas del mundo. En breve, profesionales de esta prestigiosa institución llegarán por primera vez a Bolivia para recibir las audiciones de cientos de jóvenes bolivianos que también quieren perseguir sus sueños.
El duende
Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que golpeó a su madre. Es muy pequeño, lleva un sombrero grande y llora como una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de lana, cuando se acerca a alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado. Algunos dicen que, sin importar la elección, el duende golpeará siempre con la de hierro. Otros, en cambio, aseguran que los desprevenidos eligen la de lana y que es ésta la que en realidad más duele.
Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la hora de la siesta o en la noche en los cañadones o quebradas. Tiene predilección para con los niños de corta edad, aunque también golpea sin piedad a los mayores.
En la zona de los Valles Calchaquíes existen dos historias muy curiosas con respecto al duende:
Una cuenta que un arqueólogo, internándose en el cerro a horas de la siesta escuchó el llanto de un niño. Al acercarse vio un párvulo en cuclillas y con la cabeza gacha. Cuando le preguntó si qué le sucedía, el niño alzó su maligno rostro y mostrando sus agudísimos dientes al tiempo que sonreía, le dijo:
- Tatita, mírame los dientes...
El "gringo" salió corriendo tan veloz como las piernas le daban y nunca regresó.
La otra historia, narrada por Lucindo Mamaní, de Tafí del Valle, cuenta que se vió al duende conversando en un zanjón con un niño que estaba a su cuidado (actualmente un prominente médico). Al acercarse don Lucindo, el duende -llamado "enano del zanjón" por los lugareños- salió huyendo.
El jichi
Para explicar lo que es el jichi conviene ante todo tomar el sendero que conduce a los tiempos de hace ñaupas y entrar en la cuenta, para este caso parcial, de cómo vivían los antepasados de la estirpe terrícola, antiguos pobladores de la llanura. Gente de parvos menesteres y no mayores alcances, la comarca que les servía de morada no les era muy generosa, ni les brindaba fácilmente todos los bienes necesarios para su subsistencia.
Para hablar del principal de los elementos de vida, el agua no abundaba en la región. En la estación seca se reducía y se presentaban días en que era dificultoso conseguirla. Así en los campos de Grigotá, en la sierra de Chiquitos y en las dilatadas vegas circundantes de ésta.
De ahí que aquellos primitivos aborígenes pusieron delicada atención en conservarla, considerándola como un don de los poderes divinos, y hayan supuesto la existencia de un ser sobrenatural encargado de su guarda. Este ser era el jichi.
Es mito compartido por mojos, chanés y chiquitos que este genius aquae paisano vivía más que todo en los depósitos naturales del líquido elemento. Para tenerle satisfecho y bien aquerenciado había que rendirle culto y tributarle ciertas ofrendas.
Los españoles del reciente aposentamiento en la tierra recogieron la versión y consintieron en el mito, con poco o ningún reparo. Con mayor razón sus descendientes los criollos, tan consustanciados con la tierra madre como los propios aborígenes, y máxime si tienen en las venas algunas gotas de la sangre de éstos.
Como todo ser mítico zoomorfo, el jichi no pertenece a ninguna de las clases y especies conocidas de animales terrestres o acuáticos. Medio culebra y medio saurio, según sostienen los que se precian de entendidos, tiene el cuerpo delgado y oblongo y chato, de apariencia gomosa y color hialino que le hace confundirse con las aguas en cuyo seno mora. Tiene una larga, estrecha y flexible cola que ayuda los ágiles movimientos y cortas y regordetas extremidades terminadas en uñas unidas por membranas.
Como vive en el fondo de lagunas, charcos y madrejones, es muy rara la vez que se deja ver, y eso muy rápidamente y sólo desde que baja el crepúsculo.
No hay que hacer mal uso de las aguas, ni gastarlas en demasía, porque el jichi se resiente y puede desaparecer. Item más: No se debe arrancar las plantas acuáticas que crecen en su morada, de tarope para arriba, ni apartar los granículos de pochi que cubren su superficie. Cuando esto se ha hecho, pese a las prohibiciones tradicionales, el líquido empieza a mermar, y no para hasta agotarse. Ello significa que el jichi se ha marchado.
Historia del rio mamore
Mística, leyendas y rutinas de la “madre de todas las aguas”
Un sinfín de historias se agolpan alrededor de uno de los pocos cauces navegables de Bolivia. Se habla desde una serpiente enorme hasta de una civilización perdida.
Contado por Álex Ayala.Revista Escape.
En mis sueños hay siempre un río que está despierto. Su nombre es el Mamoré, eje de las rutinas y las historias de parajes como Trinidad y los llanos de Moxos. De aguas del color del chocolate, su cuenca cubre una superficie de 222.000 kilómetros cuadrados, por donde los barcos suben y bajan cargados de garrafas de gas, frutas, ganado y encomiendas de toda clase. También de leyendas, porque el Mamoré es un río místico, literario, como lo son el Congo y el Amazonas, en el que todo tiene un sabor a viejo, y un olor fuerte a vidas y muertes.
Mi travesía comienza en Puerto los Puentes, un lugar en el que la jornada transcurre entre tablones de madera, donde los barcos son las casas y las casas son los barcos; donde se lava la ropa en el mismo río, desde una canoa; donde en las embarcaciones —casi todas con la forma de gran pontón cuadrado— se cocina sólo a leña; donde los niños crecen junto a los relatos de las aguas, pues cuando su “hogar” se llena con mercadería, la navegación inicia ya su curso.
Un barco de época, con el estilo de los vapores que antaño cruzaron el río en los tiempos del auge de la goma, es mi cobijo. Fiel inquilino del Mamoré, lleva escrito en su cuerpo de metal y madera una parte del alma del río. Su nombre es Reina de Enín, en honor a una civilización antigua que pobló estas mismas pampas, selvas y lagunas, y bajo su coraza arrastra la esencia de los seres del río, tanto de los conocidos como de los extraños, fantásticos o mitológicos.
Entre extraños animalesEl rugido del motor al encenderse es como un bufido. “Su sonido me recuerda al jichi”, comenta Carmelo Ortiz Nosa, oriundo de una de las comunidades que velan el Mamoré día y noche. “Yo no lo he visto, pero dicen que es como una serpiente de 25 metros de largo y un grosor como los barriles de 200 litros. Cuando sale a flote, parece un tronco negro. Va casi siempre corriente arriba, y se aparece antes de las tormentas eléctricas. Su fuerza es tal, que es capaz de arrancar las redes de los pescadores”.
El jichi no es el único animal extraño que surca la cuenca. Los más ancianos cuentan que todo un entramado de cuevas aloja en el fondo de las aguas a los seres más increíbles que el hombre puede imaginar.
Se dice, además, que los bufeos —delfines de agua dulce— se convierten en mujeres algunas noches para adentrarse en las comunidades y conseguir una pareja. Y que, cuando están cerca, jamás dejan ahogarse a nadie. Por eso es que, salvo alguna vez para usar su aceite como medicina, no son atacados por los habitantes de las orillas.
En las proximidades del río también camina el tigre-gente, “un ser humano que tiene la capacidad de convertirse en tigre”, dice Carmelo.Mientras, la dueña de las lagunas que circundan el Mamoré es la reina Victoria, que emerge de un tarope de hoja grande los días de eclipse.
“Muchas etnias, como la yuracaré, la trinitaria y la mojeña —explica Cristian Vaca Zelada, borjeño afincado en Trinidad—, por su cultura piensan que todos los animales son personas. Así, creen, por ejemplo, que el marimono es un niño al que su mamá lo abandonó. Por eso, no lo matan. También nombran a sus hijos con elementos relacionados con la naturaleza. Si mataron a un tigre al mediodía, lo llaman ‘Tigre del Mediodía’. Si nació en medio de truenos y de rayos, le dicen ‘El Hijo de la Tormenta’…”.
Es tarde. En el Mamoré anochece y decenas de animales reclaman su pedazo de mística. Son bufeos que emergen como en una improvisada danza, caimanes que dormitan al sol, garzas en una pose casi estática y parabas. Son pirañas, monos bromistas y tortugas. Son, en definitiva, una gran parte de la esencia encadenada al río.